Hoy toca vuelta en mountain bike, que para eso hemos venido a un centro BTT. Elegimos la ruta 5, una negra de 52km y algo más de 900 metros de desnivel. Los desniveles están siendo muy suaves comparando a nuestra zona y es de agradecer .. 😉
La ruta nos gusta, pero…. un desastre de marcado, no nos hemos perdido tantas veces en nuestra vida. En la crepería ayer nos dieron (tras previo pago de 3€ un plano de las rutas, pero muy escaso… un plano general con todas las rutas del centro). Iñaki había intentado buscar los tracks GPS hace unos días, pero no encontró nada en poco tiempo que tuvo y ayer se nos olvidó preguntar por si las moscas.
Menos mal que Iñaki lleva el GPS y entre el mapa, el mapa (sin ruta ) del GPS y hacer muchas cábalas va consiguiendo encontrar caminos en los que a veces vemos marcas de la ruta y luego volvemos a estar un buen rato sin ellas. Al final en km no nos sale mucho más, 54, y algo más de 1200 metros de desnivel. Menos mal lo que comentaba antes de los desniveles, que aquí son pocos, porque te pierdes así en otro centro con grandes desniveles te da un mal. Está claro que siempre hay que salir con un track GPS si se puede, porque en los centros BTT las marcas «desaparecen» o «están cambiadas de sentido» misteriosamente..
Ya subiremos la ruta que hemos hecho a wikiloc algún día estos 😉
Una vez en la autocaravana, son las 4 de la tarde ya.. nos duchamos, comemos y vamos a la Creperie a echar un par de cafés con un crepe de Nutella. Al igual que ayer fue el día de prueba de galettes , hoy también primer día que probamos crepes, y sin duda no será el último ¡está rico no, riquísimo! 😉
damos una vuelta a por setas con una mochila en la que Iñaki lleva el slackline. Hemos visto cerca un sitio ideal para la cinta, y será la primera vez de estas vacaciones en la que la montemos..
todavía andamos un 1%, justo justo conseguir aguantar algo encima de la cinta.. esto es cuestión de practicar, y de momento poco estamos haciendo.. aunque nos gusta.. 😉
Son las 9 de la noche cuando bajamos al caracol, pero vamos a echar una cerveza de nuevo a la crepería. Nos vestimos bien (hace fresco y nos apetece estar en la terraza que está genial) y tranquilamente estamos un rato.
Cuando estamos terminando las cervezas nos da pena no poder quedarnos a cenar hoy también allí. Música tranquila y relajante, oscuridad con velas (no hay más que otra pareja cenando dentro, y aún así en todas las mesas de fuera han puesto velas)… no se puede pedir más.. pero no aceptan tarjeta de crédito y no tenemos dinero en metálico.. ¡ainssssssssssss! Me voy a la autocaravana a revolver todo y ¡sorpresa! en el carnet de conducir de Iñaki aparecen 20€ que harán posible el que podamos cenar hoy también allí. ¡Genial! Otra galette con 2 cervezas..
y a descansar.. ya nos hemos cepillado 3 semanas de vacaciones.. ¡el tren ha cogido velocidad y no para!